Aquí van:
- Laia: El pelo se te queda así en ondulas
- Marina: Estoy a un pelo de quedarme embarazada (es que recorrer Mercadona en busca de azúcar y cruzarte con esas cositas rubias tan monas...)
-Blanca: Corta la pizza como un mitsubishi pero en pico (porque todos sabemos que el mitsubishi es una medida mundialmente reconocida, tan popular como el kg o más)
-Marina o Laia (ahora no me acuerdo) y Adrián: ¿Todo en esta casa tiene más de 20 años? Sí, exceptuando a mi hermana, el árbol de Navidad y el DVD
-Merieni (en pleno subidón de azúcar) y Pola: Carla Bruni debe de comer muchos brownies... ¡Venga Marina! Que sabes hacerlo mejor
-Marina: Se me ha olvidado sonreir (al borde de la diabetes)
-Marina: No me deis más azúcar que empiezo a no ver (como alcoholizada, pero en vez de nadar en alcohol, en chocolate)
-Laia: Eso yo lo hacía de pequeña... hasta que me di EL hostiazo (y así se ha quedado)
-Laia: ¿No os pasa que cuando comeis mucho parece que se os salgan los ojos? (sí, continuamente, el otro día los recogí de debajo de la mesa)
-Blanca: Igualmente en el suelo yo duermo (y lo que me preocupa no es la influencia de Yoda-Adrián, es que la pobre niña duerma en el suelo)
Ahora que hago recuento, sabía que ganaba Marina (por clara goleada) pero Laia también estaba inpirada ¿eh?



En 7 días (una semana!!) estoy en casa, un beso a todos los que VAN A IR al concierto de The Fray 




Y después de estas cosillas, cuando el dolor de pies me llegaba hasta las rodillas, abandoné y me fui a casa... 

Esta es la casa. Mi cuarto, el de arriba del todo a la derecha (contraventanas abiertas). La gracia era que la planta baja, la casa de ellos, se entra por al puerta que se ve. Para los otros pisos (el bed and breakfast, se entra subiendo unas escaleras, la puerta de la izquierda de la foto en alto)

Es una biblioteca (en uso) y no hay mucho que visitar excepto una par de pasillos y esto:




