domingo, 1 de mayo de 2011

El camino

Cada vez está más de moda hacer el Camino de Santiago. Cuando alguien se va y le preguntas que tal, te dice que muy bien (si es muy religioso te cuenta aquello del perdón de los pecados) y todos te enseñan la Compostela, ese papelito en latín que, para los que no lo estudiamos en el colegio, nos juran que dice cosas buenas (y lleva tu nombre en latín, que molón)

Lo que no te cuenta nadie es la parte "secreta" (ni que ser peregrino fuese parte de una secta...)


1) Lo de que no se dice "Hola", eso prohibido. Seas de donde seas (y mira que hay alemanes y guiris varios) se dice "Buen camino". Si dices "Hola" y tienes las botas limpias, SABREMOS que te acabas de bajar del coche.


2)Lo perdido que te sientes sin ver flechas amarillas. Porque todo el camino esta lleno de ellas para que no te pierdas. Cuando llegas, te falta AAAALGO.



3)Lo deprimido que te quedas cuando, con lo que te cuesta, haces tus 20 o 25 km en un día y cuando llegas y hablas con alguien se ha hecho 35... ¿Estamos locos o qué? Y encima, los cabrones han llegado antes que tú y ya están ocupando la ducha.


Y el dopaje. Sobre todo, el dopaje. Mueres de dolor al primer día. Se te ocurre tomarte un Paracetamol de 1 gr... y desde entonces aunque con remordimientos de conciencia desayunas y comes con tu amigo el dopping.


Lo mejor es compartir habitación con gente y aliviar tu conciencia al oir: "¿Dónde habéis metido el Voltaren?", " Tíiiio, se me ha acabado el Ibuprofreno, ¿alguien tiene algo más?", ¡Qué alguien me deje el Reflex, que no encuentro el mío!"

Por no hablar de los peregrinos. Dime tú ¿cómo leches acaba un filipino recogiendo su Compostela? Solución: Pasó por Holanda, alguien le contó de que iba el rollo y se vino pa'ca. También tenemos japos. Muchos. ¿Cómo narices se enteran de estas cosas? ¿No son sintoístas o algo así? Pues no deben de tener bastantes dioses que se vienen a peregrinar a nuestro santo.

Momento albergue: Un japo (que luego me sacó casi 50km en unos 3 días) que va solo. Con su mochilita. Y empieza a desempaquetar: Un portatil de esos enanos. Un secador de pelo (WTF?). Un gorro de lana (el resto en manga corta). Latas de verduras. Os juro que mi mochila me pesaba. Y no llevaba nada de todo eso. Me quedé con las ganas de saber que más escondía.

Avisados quedais: Doparse SÍ es bueno y el Camino es una experiencia multicultural.

P.D: De ahora en adelante y según el obispado, soy Paulam.