viernes, 4 de noviembre de 2011

No me toques los...

Sí señor, tocapelotas hay en todas partes. Hoy un día de los malos, y me llega una que me ha estado calentando la cabeza 10 minutos cambiando de idea y preguntando mil cosas. Al final, un chocolate caliente. Se lo doy todo, lo abre.
- "¿Me puedes poner nata?".
-" Sí, claro" (sonrisa de "no me importa en absoluto"). Nata. Se lo doy.
-" ¿Y me puedes poner chocolate en polvo por encima?".
-"¡Claro!" (seguimos con la sonrisa).
-"No sé porque no lo haceis desde el principio, yo cuando lo hago en mi casa lo hago así".
- Sonrisa estúpida: "Aquí es así". Se va refunfuñando.

¿En serio? ¿En serio? ¡Vete al puñetero Starbucks a que te cobren 4 libras por el chocolate! No tendrán ningún problema en ponerte nata, chocolate y lo que se te ocurra...

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Se sienta uno en una mesa.
-  "Hola, quiero un cappucino y mi tarta".
-  Ummm "¿y cuál es su tarta? ¿Qué lleva?
-  Fresas. No sé porqué no lo sabes, siempre pido la misma, es mi tarta.
(Al tío no lo había visto en mi vida, igual viene a veces, pero yo no lo conocía. Y menos a su tarta)
- Ya... (¿Algún dato más además de "fresas"? Tenemos 5 tartas que llevan fresas...)¿ Pero la tartaleta con fresas? ¿O la tarta?
- No sé, mi tarta.
-Tenemos la strawberry gateau que lleva bizcocho de vainilla, nata y fresas o la tartaleta solo con fresas y nata.
- No, no, da igual, no quiero nada.

10 minutos. Me suben de cocina strawberry gateau. La coloco en el mostrador...
-¡Esa! ¡Esa es mi tarta!
- Sí, esta era la que decía antes...
-¡Dame una! (Sí, bwana, y luego me latigo por no saber leer mentes)


Y por quejarme, que no queden los de los móviles. Partamos de la base de que tener a la vez dos conversaciones es, si no imposible, si difícil de narices. Así que intentar pedir lo que quieres comer mientras le cuentas a tu amiga por teléfono lo superchachi que estás sin respirar entre medias, a los comensales no sé, a mí me toca los ovarios. Y luego hay errores "Ay,no, yo lo quería...". Os lo digo, para camarero, deberían contratar a Paco Porras, que sepa lo que van a pedir solamente con verlos.

Menos mal que de vez en cuando te toca gente que espera pacientemente su turno, se espera sin rechistar las colas y deja propinas... Pero son los menos, tristemente.

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