martes, 28 de julio de 2009

El nombre del viento


[…]

– Necesitaré tres días -dijo-. Estoy completamente seguro.

Cronista palideció.

-Pero el conde…

Kote hizo un ademán de desdén.

-Nadie necesita tres días- dijo Cronista con firmeza-. He entrevistado a Oren Velciter. A Oren Velciter, nada menos. Tiene ochenta años, pero es como si hubiera vivido doscientos. Quinientos, si contamos las mentiras. Él fue a buscarme –añadió con un énfasis particular.- Solo tardó dos días.

-Esta es mi oferta- se limitó a replicar el posadero-. O lo hago bien, o no lo hago […]

-Tardaré tres días en contarte la historia- lo interrumpió Kote-. Empezaré mañana. Eso es lo que te estoy diciendo.

-Si es la única manera, acepto.

-Me alegro.- El posadero se relajó y esbozó una sonrisa-. Pero dime ¿de verdad es tan inusual lo de los tres días?

-Sí, tres días es bastante raro. Pero… -su tono de voz ya no denotaba tanta altanería-. Pero… -hizo un gesto para expresar lo inservibles que eran las palabras- eres Kvothe. […]

-Sí, supongo que sí – dijo Kvothe con una voz de hierro. […]


Aquí termina el primer día de la historia de Kvothe. Continuará…

Jo, jo, jo, no tenéis ni idea de lo que habéis hecho, insensatos… Me habéis enganchado a otra saga.


En 37 días estoy en casa, un beso a los que me regalaron el libro sin pensar en las consecuencias.

1 comentario:

  1. jajajaja bueno eso significa que el libro te ha gustado muchiiiiisssmmooooo asike...me alegro
    y el resto ya compralos tu ehhh jajajaja

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