En una pequeña iglesia cerca del Duomo se encuentra esto:
Es un altar pintado por Bramante. Y digo pintado porque juega con la percepción. Es una pintura en la pared que, vista desde el frente, da la sensación de tener profundidad y alejarse del espectador.
Al parecer, el espacio para la edificación era reducido y ante la imposibilidad de hacer el altar más profundo por culpa de la calle que hay detrás, Bramante decidió recurrir a la pintura.
Los frescos que cubren el resto de las paredes (cubrían) fueron casi todos retirados de allí y se puede hoy ver en la Pinacoteca di Brera, en la misma Milán.
Quedan 12 días para Pascua
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