miércoles, 5 de octubre de 2011

Los amarillos, esos grandes desconocidos...

... hasta ahora. He llegado a la conclusión de que los chinos


a) No saben hablar inglés. Os digan lo que os digan, los que lo hablan son los japos.
b) Son impacientes
c) Pueden cambiar de opinión muchas veces (hasta ahora el récord está en 5)


Lo que da como resultado que son unos verdaderos coñazos y todos los camareros se los van pasando porque nadie los quiere atender (total, tampoco van a dejar propina...)

Ejemplo práctico:

Piden una mesa y los sientas, hasta ahí normal. Les das los menús. Y a los 5 minutos, desde la otra parte de la sala, empieza a mover el brazo como si saludase a alguien para llamar a algún camarero. Parece que no somos suficientemente rápidos para ellos y entonces viene una corriendo con el menú en la mano "We're ready to order", me coge del brazo y me arrastra. "Que noooo que ahora va su camarera, que no soy yo". Vale. Se vuelve a su sitio. Se sienta. Y empieza a mover el brazo otra vez. Nadie le debe hacer caso o me ha cogido mucho cariño, porque me persigue hasta el mostrador de cobro con el menú. Menos mal que la camarera ya estaba libre y se la llevó para cogerle la nota... Pero es que acaba de comer y viene a pedir dos tartas para llevar... ¡Y se me mete detrás del mostrador para ver mejor!

Que conste que esto no es un caso concreto, más bien la norma general. Y que decidan tomar un pastel, luego un té, luego un café y lo acaben cambiando por un chocolate caliente... Y cada vez tienes que anular la orden en el ordenador y cambiarlo...

Son muchos millones, ¿no puedo matar unos cuantos? Total, no creo que nadie eche de menos a unos poquitos ¿no?

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